Majaderos y otras cosas



He leído este fin de semana la entrevista a Zapatero y la entrevista a Losantos.

Las dos son bochornosas. Sin embargo, de las dos se puede extraer un mensaje optimista. Sí, de lo que dicen.





También le leí a Salvador Sostres sobre el terremoto de Haití. La entrada se llama El món menstrua. No sé por qué lo hice, ya que Sostres siempre me ha parecido un imbécil. Creo que, en esto me he dejado influir por otros. No me resulta fácil leerle y entenderle perfectamente, ya que escribe en catalán.

Sin embargo, me alegro de haber leído sus reflexiones sobre el terremoto y sus consecuencias. He encontrado el texto traducido:

Lo de Haití es un drama, pero el mundo, a veces, hace limpieza. No podemos vivir todos tanto tiempo, y sólo los mejores y los que viven en mejores condiciones perduran. El mundo menstrúa, como ha de ser. No me alegro de la tragedia de Haití, pero estas cosas pasan y equilibran el planeta. La mayor parte de los que pueden estar en desacuerdo con esta clase de comentarios son unos pobres muertos de hambre que suerte tienen de que a estos que están más muertos de hambre que ellos, de vez en cuando, se los lleve un mal viento. Porque si el mundo no menstruase y tuviéramos que repartir la caridad entre todos los pobres del planeta, tarde o temprano todos estos funcionarios, gandules y obreros que se cogen la baja por enfermedades imaginarias tendrían que ponerse a trabajar y los comités de empresa quedarían abolidos por razones de extrema necesidad.

Ahora todo el mundo lloriquea con Haití, pero los más solidarios, y los que más lloran, que suelen ser los más inútiles y los más desgraciados, tienen la inmensa suerte de que de vez en cuando una tragedia como la presente barre una parte de la miseria mundial y los socialdemócratas de nuestra casa vuelven a ser los pobrecitos oficiales, merecedores de toda subvención.

Lo de Haití es una manera un poco aparatosa -pero una manera, al fin y al cabo- de limpiar el planeta. Morir es trágico, pero no puede decirse que vivir en Haití sea mucho más agradable. Quiero decir que los muertos de estos días tienen, como mínimo, el consuelo de no tener que seguir viviendo en Haití. Si eso hubiera pasado en Europa sí que hubiera sido un auténtico drama. Quién sabe dónde está Haití, o a dónde va. Se puede ser blando y se puede ser duro. El mundo menstrúa y escoge el día, el modo y el lugar oportunos.

Digo que me alegro porque soy un firme partidario de las intersecciones. Me gustan más que las plazas, que están bien para un rato, para charlar y decir tonterías. Las intersecciones, sin embargo, nos permiten perder ciertas cosas de vista.





¡Qué bien ha estado Frei!





Hoy una amiga me ha dicho que había una noticia importante en El Mundo. Le he comentado que la leería. Luego he caído en la cuenta de la imposibilidad de cumplir. Es lo que pasa cuando vives en un país en el que no existen medios de comunicación importantes que merezcan ese nombre. Eso, y las encrucijadas.

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