Si usted lee esto es que el Sol ha cruzado el ecuador una vez más. Sea original y sacrifíquese oyendo esto:
Proyecciones
Y ya que estamos, un poco de geografía. Me topo con una noticia sobre lo perversos que han sido los europeos cuando trazaron mapas. Se habla de las proyecciones eurocéntricas, principalmente. El tema dio para una pequeña anácdota en un episodio de The West Wing. El staff de la Casa Blanca dedica un día a recibir propuestas extrañas y una de ellas, en ese episodio, fue de una extraña sociedad geográfica que abogaba por mapas más políticamente correctos.
En fin me iba ya por las ramas y quería decir dos cosas. En el artículo no se señala porqué el norte se muestra hacia arriba y el sur hacia abajo. Bueno, peor aún, llega leerse «la masa continental de lo que todavía seguimos llamando norte…» como queriendo señalar que alguna vez dejaremos de llamarlo norte cuando lo arbitrario, strictu sensu, es la dirección hacia la que se apunta: hacia arriba. Después se desliza sobre si la proyección Mercator da más o menos importancia al norte o al sur y bla bla bla. Incluso hay infografía. Si se fijan en ella y comparan las proyecciones verán que la [imagen de la] proyección Mercator pone el «ecuador» a la altura del estrecho de Gibraltar mientras que la [imagen de la] de Peters pone el ecuador a la altura del ecuador.
Verán, hay algo de lo que no tiene culpa Mercator ni Peters ni siquiera los europeos en general: hay mucha más tierra por «encima» del ecuador que por «debajo». Sin mirar el mapa diría que por encima del paralelo 60N hay una amplia extensión de tierra que abarca desde Eurasia y América. Por abajo, la punta de Buena Esperanza está a 34S (la latitud inversa de… del ¡estrecho de Gibraltar!) y la puntita puntiaguda de Hornos a 55S (la latitud inversa de Edinburgo): hay poca Iberoamérica a la latitud de la madre patria. Y salvo que se quiera hacer un mapa del océano austral y de la desierta Antártida quizá convenga [remover esta parte y] centrar verticalmente al norte, como hace la infografía.
Y no se dice nada de la longitud: lo verdaderamente arbitrario a la hora de trazar un mapa (y casi prescindible en el asunto de las proyecciones) y lo que muestra el centro de poder y decisión. Nuestro meridiano cero es hoy el de casi Londres. Fijado internacionalmente a finales del XIX; con la melancólica oposición de Francia. También pasa por África.