Ya lo dijo Ana Belén y se ha cumplido. Veinticinco años después, el imposible Dios de los ateos reparte justicia.
Menos mal que a los justos del mundo, siempre les quedará el paraíso, un hermoso lugar donde evadirse de los problemas.
La verdad es que los datos de que disponemos sobre Leonin y Perotin son muy escasos. El Anonymous IV habla de ambos, comparándolos:
Et nota, quod magister Leoninus, secundum quod dicebatur, fuit optimus organista, qui fecit magnum librum organi de gradali et antifonario pro servitio divino multiplicando. Et fuit in usu usque ad temporis Perotini Magni, qui abbreviavit eundem et fecit clausulas sive puncta plurima meliora, quoniam optimus discantor erat, et melior quam Leoninus erat.
Nota que el maestro Leonin, según lo que se decía, fue un excelente compositor de organum, que compuso un gran libro de organum sobre el Gardual y el Antifonario, a fin de aumentar el servicio divino, y dicho libro estuvo en uso hasta el tiempo del gran Perotin, quien lo abrevió y compuso muchas cláusulae o puncta mejores, pues era un excelente compositor de discantus y era mejor que Leonin.
Es perfectamente posible que algunas de las obras que se atribuye a Perotin no fueran escritas por él. Es lo de menos; parece indudable que su influencia fue mucha y decisiva y que, por importante que nos parezca la evolución del organum gracias a su mano, el valor intrínseco de sus impresionantes construcciones melódicas, armónicas, tímbricas, justifica suficientemente que nos detengamos en ellas. Esto, al fin y al cabo, pretendía ser una antología.
Perotin compuso organa y cláusulas para dos, tres y cuatro voces. A la tercera voz se la llama tripla y a la cuarta quadruplum. En los manuscritos que nos han llegado, encontramos, frente a unos noventa organa, más de trescientas cláusulas de sustitución en estilo de discanto. Entre sus obras hay tres quadruplum, Mors (es la decimotercera), Sederunt principes, y …
36: Viderunt omnes de Perotin.
Por cierto, Viderunt nos permite comprobar una técnica nueva (propia del discanto de la Escuela de Notre Dame): el canon.
Los tenores de Perotin (recuerden que el tenor es una melodía de canto gregoriano) se mueven de una forma más medida que los de Leonin y, como normalmente se repiten dentro de la misma obra, funcionan como una especie de extraño bajo ostinato. Es extraño porque, cuando en las repeticiones el esquema rítmico no coincide con el final de la melodía, las superposiciones que se producen complican la percepción de la pauta rítmica.
El efecto de la música de Perotin, sobre todo en los tripla y quadrupla, no se fundamenta en la calidad de las melodías (a veces toma los giros melódicos de piezas sacras anteriores, a dos voces, o incluso parece detectarse su origen folclórico, como de danza popular). Lo más importante es la utilización de modos rítmicos en todas las voces, en las partes de discanto, y en las voces superiores, en las partes de organum purum. Ese uso de los modos, junto con el mantenimiento, durante largos pasajes, de una vocal, produce una sensación muy característica: enormes bloques sonoros, a pesar del movimiento de las voces superiores. Ese efecto se acusa además, en la música de Perotin, por los frecuentes saltos de tercera que provocan una indirecta sonoridad de tríada. Y ello pese a que no pueda hablarse estrictamente de voces en el sentido actual, ya que la tesitura es más o menos común a todas ellas, de forma que se entrecruzan, incluso por debajo del propio tenor.
Antes de escuchar la (para mí) más impresionante obra polifónica de la época, añadiré que el color de la música de Perotin, tan marcado por el ritmo de la música y las características del texto que se canta (básicamente de sus vocales), se ve además marcado por reglas sobre consonancia al comienzo y final de cada «pasaje», y por recursos como el tremolo (temblor) del tenor. Cuando el tenor no es consonante con las otras voces, se canta con un retraso (que se indicaba en los manuscritos, escribiendo la primera nota algo desplazada a la derecha).
Un quadruplum como Sederunt es una gran creación intelectual, perfectamente organizada. Las partes de organum se diferencian de las cláusulas en discanto, por medio de pasajes de ritmo libre, anticlímax llamados copulae, que funcionan a modo de interludios.
Me cito: es música arquitectónica. Y cuando la oyes, ves como la luz atraviesa las ¿vidrieras? y te imaginas formas y claroscuros.
38: El organum quadruplum Sederunt Principes de Perotin. ¡Pongan los altavoces bien altos!
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