El pseudomontanelli

En un par de ocasiones he escuchado (¿leído?) al dueño de esta yurta ponderar a un columnista del cómic que se intitula «Público», panfleto de edición diaria en colorines llamativos para mejor divulgación de consignas, estridencias y exabruptos variopintos. Creo que el meritado fue, tiempo ha, director de la cosa y sé, porque lo he visto en alguna ocasión, que participa en tertulias dirigidas al vapuleo del Enemigo (como las contrarias, añado). El caso es que se vende en las librerías un librillo editado por Península que firma con su señor padre: salen ambos orgullosos en las solapas de la cubierta, el periodista y el progenitor, cuyos títulos académicos no recuerdo. El libro, presuntamente divulgativo y desmitificador, versa sobre Castilla, «la nación inventada», y su propósito es deshacer esas leyendas que presumen aún están engarzadas en la «cultura popular», algo así como probar que el buen apóstol matamoros no ayudó al rey Ramiro, si es que esa hubiera sido empresa castellana, ya me entienden. Aunque lo cierto es que esos años son ya objeto de interés de los destacados Escolares, pues a los pobres Nuño Rasura y Laín Calvo les hacen mercedores de su crítica atención, como a Ruy Díaz, San Fernando III, el Camino de Santiago, las Navas de Tolosa y algunas cositas más. La torpe imitación de Montanelli va ya por la 4ª edición, para ilustración y esclarecimiento de los que crecimos en la adhesión inquebrantable a los mitos fascistas (Sancho de Navarra lo era también ¡y no lo dicen! por arrebatarle sus preciosas cadenas al amable y multicultural Miramamolín) y para asombro y sorpresa de los que, víctimas de la LOGSE, nunca supieron de la Corona de Castilla y sus supercherías imperialistas. Así saldrán de su ignorancia los lectores de los empobrecidos territorios de lengua única, que en los otros las tropelías castellanas están en boca de todos. La verdad es que como ironía el título vale, pero el uso del término con carga de profundidad les pierde. No hay nación más allá de la acepción geográfica del vocablo en los tiempos que glosan y no obstante se apuntan al vicio que imputan a los cronistas castellanos, que no en vano los de su cuerda llevan treinta años elaborando la historia que les gusta. Derecho de conquista, por demás: han ganado.

31 comentarios en “El pseudomontanelli

  1. ¿Público no es la hojilla parroquila de la Formación del Espíritu Progresista Nacional?

    Y lo de Escolar menor, defendiendo por un lado la gratuidad total de internet (descargas de películas, música, etc…) y cobrando derechos de autor de libros, es… propio de ellos: lo mío es mío pero lo de todos también es mío.

  2. Más aún, Mr. Blakeway, que la caverna católico-carlista-eusquérica ya identificó a D. Sancho III de Navarra como primer jefe de estado de Euskalherría, ¡cáguese! Lo alucinante de esta gente es que obvia que Castilla dejó de existir como tal en 1521. Pero eso da igual, que cualquier excusa es buena.

    Y si son de Público los señoritos, la cosa no podía ser de otra manera. A mí el que me fascina es un tipo llamado Isaac Rosa, que es lo más bobo, superficial y sectario que exista. Echo de menos el blog de Elisa Serna. Eso era de lo mejor de la prensa actual: una sarta de majaderías inicuas y agresivas con un coro de dementes prestos a la alabanza incondicional. ¡No les cuento lo que disfrutaba escribiendo algún comentario que otro! Pero ya no está la buena señora y los blogs de Público ya no son abiertos. Una pena. Eso sí, ahora tenemos al sacristanazo en El País, en videoblog. Es precioso, no se lo pierdan.

  3. (4)

    Amigo Peppe, eso que usted cuenta, la consideración del reino medieval de Navarra como «el estado vasco», responde a una doble preocupación del nacionalista de aquí:

    1.- por un lado, una legitimación histórica, ya fuimos un estado con los límites territoriales que ahora reivindicamos. Esta es una preocupación digamos que abstracta, de concepto, que intenta evitar el cachondeo que a algunos nos provoca lo de los siete territorios.

    2.- de otro, una más concreta, relativa a una cuestión que les hace mucho daño, cual es la evidencia de que Navarra no está por la labor. Puesto que los navarros, por ahora, parece que en su mayoría no quieren ser vascos (siquiera administrativamente hablando), han decidido convertirnos a los vascos en navarros. Por supuesto, el vizcaíno, el guipuzcoano y el alavés, aun el nacionalista, se siente tan navarro como yo metodista, pero entiende la jugada y silba.

    No sé si debería añadir que un servidor en Navarra se ha encontrado siempre como en casa. Algo, por cierto, que también me ocurre en Huelva.

  4. [4] y [6]

    Justificación del soñado Anschluss que pretenden por todos los lindes de la Comunidad Autónoma: al final La Rioja incluida por lo de Nájera «panteón de reyes», Castro Urdiales porque los de Bilbao son multitud, Huesca porque hay bajo relieves prerrománicos en un dintel de granito que se asemejan al laburu, el norte de Burgos porque en Pancorbo sirven unos huevos fritos de escándalo en sitio que yo me sé, y de Iparralde para qué vamos a hablar. Y no vean Uds. la matraca que dan los afines de la Comunidad Foral con la dichosa guerra de Navarra y la resistencia del pueblo todo ante los ¿españoles? ¿castellanos? en Amaiur, olvidando piadosamente de qué iba la susodicha rebelión.

    Pues eso, que los Escolares son pregoneros de la bandería y voceros de Taifas, nuevos «pemanes» de un Orden Progresista. Como tantos paniaguado metido hasta las cachas en el negocio de la fabulación pendular.

  5. (7 y 8)

    O en Cartagena.
    Phil, Phil, anda usted desnortado, ahora ya no hay Rioja que valga, es Errioxa, hombre de dios. Y en Huesca se queda corto, le recuerdo que en Lérida o Lleida o lo que sea hay un valle que se llama Aran, lo que demuestra, creo yo, que el aranés no puede ser sino vasco, ¿cómo sino se apellidaba Sabino?

  6. Yo he puesto un ocho, lo juro solemnemente, no esa mariconada.

    Item más, por si los capitalinos se creen a salvo, les informo que Madrid viene del vasco «madari», o séase, «pera».

    Enfrente vivía un viejo marino, ya retirado, que sacaba una silla en la delantera y contaba sus batallitas a los niños. A mi me explicó que los vascos habían llegado a todas partes, fíjate, decía, hasta Japón, ¿cómo se dice sitio o lugar en euskera, señe (niño, chaval)?, me preguntaba, toki, le contesté, pues eso, Tokio. Claro que aquel buen hombre según lo decía se descojonaba cerrando los ojos arrugados.

  7. Por cierto, no comulgo prácticamente en nada con Escolar y los comentarios de su blog (que leo de vez en cuando) explican por qué. Sin embargo, es un tipo inteligente y eso escasea.

  8. Por cierto, no comulgo prácticamente en nada con Jiménez-Losantos y los comentarios de su blog (que leo de vez en cuando) explican por qué. Sin embargo, es un tipo inteligente y eso escasea.

  9. [18] Lo que voy a decir no pasa de una impresión: creo que Losantos y Escolar son sectarios (muy sectarios), habilidosos, e inteligentes. A Losantos no le leo, pero sí le he escuchado bastante. Y tengo la sensación de que la manipulación de Losantos es más grosera, que usa mucho más a menudo datos directamente falsos, no sólo escogidos con «cuidado». Por lo demás, es posible que mi furibunda manía contra Losantos sea resultado de que seguramente nadie podría confundirme con Escolar.

  10. ‘Tengo un cliente que se dedica profesionalmente a provocar la muerte de roedores utilizando el método de la dislocación cervical.’

    Nunca pensé que llegaría a ver esa frase escrita en internet. Maravillosa.

  11. [16] ¿Podría explicarnos qué entiende su cliente por roedores? Es sólo para saber con qué clase de gente me junto.

  12. [19] tengo que confesar que nunca leo el glob de fjl (pero frecuentemente sí leo sus columnas en EM) ni sus comentarios.

  13. [23]

    Lo mejor es cuando dice que no los deja salir a la calle por si cogen alguna enfermedad.

    Lo de que empezó a tener perritos por prescripción médica para la depresión me ha recordado al chiste ese del médico que le prescribió a un paciente que desayunara un vaso de leche y 1 o 2 galletas, y acudió el paciente diciendo que le resultaba imposible seguir sus recomendaciones, que eso era demasiada comida.

  14. [8] Me alegra que diga lo del Anschluss, porque en Bilbao, el tiempo en que tenía que ir allí por trabajo, tenía que aguantar a un imbécil del PNV que no paraba con su matraca de demente paleto y yo me dedicaba a joderle con frases despectivas o con simples datos históricos. El día que le dije que su problema -el de los nacionalistas- es que soñaban con su particular «Euskalanschluss tendente al paraíso de vacas, pistolas, crucifijos y tornillos, pero sin ser tildados de nazis», se me quedó de piedra. No sabía qué era eso del Anschluss. Cuando se lo expliqué no reventó de ira de milagro. Rematé la jugada recordándole una frase de su amado Aguirre en 1942 ante el EBB, que no recordaba literalmente, pero que venía a decir que la causa de los vascos era la misma que la de los alemanes, eso sí, en 1942, nada menos. Es lo de siempre, tener una religión en la que creer para sacar provecho fingiendo -y hasta creyendo- que se defiende la verdad absoluta y el bien como extremo categórico inmutable. Puro tribalismo y subdesarrollo civil.

    Por cierto, recuerdo que Elorza -otro tipo inteligente y sectario hasta la muerte- se lamentaba por haber entregado al PNV cierta documentación que encontró de ellos de tiempos de la Guerra Civil. Es que la hicieron desaparecer y nunca más se supo.

    (El texto completo de Aguirre es éste:

    “Creemos en el talento político del Führer, en su sagacidad, en su alto espíritu de comprensión y esperamos que en el nuevo orden a establecer en Europa y particularmente en España, el problema vasco será tenido en cuenta:

    1. Porque a Alemania le interesa la pacificación de España y no puede escapar a su recto sentido que no hay pacificación posible sin una solución favorable a los vascos.

    2. Porque el problema vasco está íntimamente ligado al problema racial alemán y por lo tanto es lógico y natural esperar que el Führer lo acoja y lo resuelva con la mayor simpatía.

    3. Porque nos damos perfecta cuenta de que las simpatías de Alemania en España están en decadencia, y por lo tanto es de extrema importancia para el Führer recoger y captar nuevas simpatías si no quiere perder toda su influencia en España“.)

  15. [6] Bueno, con lo de Navarra, ni le cuento. Uno de mis amigos de la infancia es hijo de un carlista navarro y navarro es él también. Son de familia carlista vascoparlante. Acabaron viviendo en Madrid, porque las unidades móviles pasaban a Francia para filmar los mítines de la oposición y grababan para identificar a los asistentes. El padre fue a uno de los carlistas -nada de autogestionarios, sino de los de verdad- y al volver, en la frontera, como aparecía en las imágenes, lo cogieron preso, lo juzgaron y lo desterraron a Segovia, familia included. A los pocos meses, siendo Adolfo Suárez gobernador civil de Segovia, a finales de los 60 creo, le tramitó éste un permiso para poder trasladarse a Madrid, donde le habían ofrecido un trabajo de periodista. El caso es que eran navarros vascoparlantes y nada nacionalistas, al revés, muy de la España rancia y española a muerte. El padre era un católico de estricta observancia. En su casa tenían un escudo de Euskalherria, pero como referencia del terruño. Y hablaban muchas veces vasco entre ellos. Acabó mi amigo haciendo la mili en Pamplona, adonde iba todos los veranos de vacaciones, y ya se quedó allí, se casó y tiene dos hijos. Vivía por la Navarrería, porque de soltero le molaba estar por allí, pero es la zona más «borroka» de Pamplona, o entonces lo era. Pues bien, al buen hombre, que es vascoparlante desde la cuna, no dejaban de tocarle los cojones con la cosa de que, siendo euskaldun fetén, tenía que apuntarse al carro ceporro. Mi amigo pasaba del todo y les repetía que él era navarro y español y que de vasco, una mierda; y más español aún por ser euskaldun, cosa que les jodía a muerte. Pero, ¡oh, santa inocencia!, tal afrenta no se podía permitir siempre y, entonces, ya que el palo no cede, socavemos la base. Su hijo mayor, entonces de unos cinco años, llegó del colegio a casa un día desencajado y aterrado: varios niños en el colegio le habían comentado bonitas cosas acerca de su padre, y tenía pánico de que papá volviera a casa ese día. La madre, también navarra vascoparlante, no se lo podía creer, que esa manta de hijos de puta fueran capaces de hacer tal cosa. Pues sí, eran capaces, tanto que sacaron al niño del colegio al día siguiente y se pusieron a buscar casa para cambiarse de barrio, y se cambiaron. Al niño la cosa se le pasó en un par de añitos y al padre la depresión también. ¡Qué coño va a ser eso de que un navarro euskaldun no quiera ser lo que tiene que ser! En la defensa de la verdad absoluta, todo vale, ¿no? Que tengamos que oír las lindas opiniones condescendientes con esta gentuza… ¡manda huevos!

  16. [29] Una vela a su Jaungoikoa y otra al Diablo (que ese sí debe ser el mismo para muchachotes euskaldunes y maketos y con el que sólo tratan los vascos/vascas infieles al credo aranil…) como siempre.

    El discurso de la superioridad lo tienen los nacionalistas, va de suyo, grabado a fuego en su neurona. Hará unos años me sucedió con un tipo de Bilbao esto.

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