Lo mío con la muerte no va en serio, sólo somos amigos, ¿sabes?

Highway mea napalm y es capaz, él solo, de tomar la colina de la chuleta de cerdo o lo que sea. Por desgracia para él, no cabe en el ejército español.

Sin embargo, solo necesita un pequeño reciclado:

Mi nombre es sargento de artillería Highway. He bebido más bebidas espirituosas, secretado más líquido amarillo, mantenido más relaciones sexuales consentidas, y acariciado más testículos, que todos vosotros juntos, jóvenes preparados. Os voy a hacer falta hasta para relacionaros de manera sana con vuestro cuerpo. Si os habéis creído, ultraliberales, que vais a poder mantener un comportamiento depredador capitalista sólo porque vuestro último sargento era un neomachista a punto de convertirse en clase pasiva, os habéis equivocado. Vais a empezar a comportaros como soldados españoles ahora mismo. Sabedlo, hago esto porque estaría feliz de, sin coacción de ningún tipo, realizar actividades lúdicas con vosotros, fascistas, en la ducha del cuartel, y porque no quiero que ataquemos a nadie en un país lejano cuando las condiciones socioeconómicas obliguen a sus habitantes a realizar actividades no regladas. Estoy aquí para comunicaros que el sueño socialdemócrata continúa, así que podéis iros esta noche a la Puerta del Sol, a reíros y comunicaros con el bajo astral, homófobos, o a conseguir una excitación sana y satisfactoria con vuestras chicas, o a explorar cualquier orificio con una finalidad lúdico-erótica, pero sea lo que sea, hacedlo, porque mañana, a la hora que os venga mejor, espero de vosotros la mejor actitud para enfrentar los problemas de marginalidad de los que aún no han comprendido que no son nuestros enemigos.

ACTUALIZACIÓN:

Lo he estado pensando, y creo que hay que actualizar también los himnos de las fuerzas armadas.

Por ejemplo, cambiar «soy el novio de la Muerte» por «mi novia estaba de muerte».

Ahí va mi propuesta:

Nadie en el Tercio sabía
quien era aquel legionario
tan solvente y preparado
que a la Legión se alistó.

Nadie sabía su historia,
más la Legión suponía
que la ausencia de empatía
le hizo pupa el corazón.

Mas si alguno quien era le preguntaba
con un SMS le contestaba:

Soy un chico a quien la suerte
trató con mucha rudeza:
mi chica estaba de muerte
pero en el valle del Jerte
decidió hacerse bollera

Cuando más rudo era el fuego
en el pinar de Estremera,
ha perdido su cartera
y su bonito esmarfón.
Y sin temer al empure
de su boliviano cabo
supo morir tuiteando
y su hashtag fue el mejor.

Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el legionario con voz doliente:

Soy un chico a quien la suerte
trató con mucha rudeza:
mi chica estaba de muerte
pero en el valle del Jerte
decidió hacerse bollera

Cuando, al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
unos folletos de erasmus
y unas fotos de Dublín.

Y aquel folleto decía:
«…si algún día orgasmus te llama
para mi un puesto reclama
que a buscarte pronto iré».

Y en el último tuit que le enviaba
su postrer despedida le consagraba.

Por ir a tu lado a Jerte,
me encuentro ahora en Estremera,
mi novia estaba de muerte
y esto, tíos, es muy fuerte
la muy zorra era bollera.