Leo en El País, un artículo de Diego López Garrido.
No quiero discutir su diagnóstico, sólo reseñar algo. Dice D. Diego que esta crisis es una crisis de deuda y la hace remontar a la Sra. Thatcher, ni más ni menos. Su solución: generar más deuda, monetizándola (eso es deuda, amigo, porque es inflación).
Lo acojonante es que dice esto, ahora. Si se viene gestando una crisis de deuda desde hace treinta años, hace tres años ya lo sabría D. Diego. Si lo sabía; si lo sabían en su partido, ¿por qué el Presidente del Gobierno, en su discurso de 27 de noviembre de 2008 dijo esto?:
Señorías,
La crisis financiera que comenzó en el verano de 2007 en Estados Unidos ya se ha convertido en la mayor crisis económica global que hayamos conocido en décadas. Lo que inicialmente afloró en forma de turbulencias financieras en aquél país se ha convertido en una gran brecha de confianza, cuyas consecuencias afectan ya de lleno a millones de familias y empresas de todo el mundo.
(…)
Señorías,
El Gobierno ha ido actuando de acuerdo con la urgencia que requería la creciente gravedad de la situación y respondiendo a las circunstancias específicas de nuestra economía.
Como recuerdan Sus Señorías, en mi última comparecencia del 20 de octubre solicité la convalidación por esta Cámara de dos Reales Decretos Leyes de apoyo a nuestro sistema financiero para hacer fluir el crédito en favor de empresas y familias. Esta convalidación obtuvo el respaldo de una amplía mayoría de Sus Señorías. Tuve, además, la ocasión de explicar en persona la necesidad de estas nuevas medidas extraordinarias a los diferentes Grupos y el Gobierno recabó y recibió de ellos, singularmente del Grupo Popular, una constructiva colaboración en su desarrollo.
Con la primera norma se creaba el Fondo para la Adquisición de Activos Financieros, dotado con treinta mil millones de euros, ampliable hasta cincuenta mil millones; con la segunda se establecía el otorgamiento de avales del Estado, por valor de cien mil millones este año y otros cien mil millones en 2009, a las operaciones de financiación nuevas que lleven a cabo las entidades de crédito residentes en España.
Ambas medidas ya están funcionando, acaban de entrar en funcionamiento.
(…)
Al tiempo que se desarrollaban estos planes extraordinarios de apoyo al funcionamiento de nuestro sistema financiero, y que acaban de entrar en funcionamiento, lo cual supone que, lógicamente, a partir de este momento, y de manera progresiva no puede ser de un día para otro, tiene que notarse en la generación de la liquidez y en la mejora de la situación del crédito; además de que se desarrollaban estos planes, el Gobierno ha adoptado otras medidas directamente relacionadas con los problemas específicos que agravan la crisis en España desde el punto de vista del desempleo: ante todo, y en primer lugar, con el empleo, ya sea para mantenerlo y fomentarlo, con medidas de financiación a las empresas y con nuevos estímulos a la contratación, ya para proteger de un modo especial a los que puedan perderlo; y también en relación con las dificultades que atraviesa el sector inmobiliario y sus consecuencias para las familias que han adquirido o desean adquirir una vivienda.
Con el objetivo de reducir el impacto negativo que el deterioro del entorno financiero y de las condiciones de demanda está teniendo sobre la actividad de nuestro tejido empresarial, el Gobierno ha aprobado el paquete de financiación ICO Instituto de Crédito Oficial más ambicioso en su historia.
Como saben, Señorías, el Instituto de Crédito Oficial centra una parte muy importante de su actividad en la financiación a pequeñas y medianas empresas. Y son precisamente éstas, las PYMES, las que más están sufriendo el reciente endurecimiento de las condiciones de crédito. Por este motivo, y por el enorme peso de estas empresas en la estructura productiva de nuestro país y en la creación de empleo, estoy convencido de que la cuantiosa movilización de fondos que voy a detallar a continuación está absolutamente justificada y tendrá un efecto muy positivo, especialmente a partir del 1 de enero de 2009.
El Gobierno ha aprobado, en primer lugar, un aumento sustancial para 2009 en prácticamente todas las líneas ICO ya existentes. Así, la principal línea de financiación, la línea ICO-PYME, verá incrementada su dotación, respecto a la de este año, en tres mil millones de euros, hasta alcanzar los diez mil millones. Además, sólo se requerirá dedicar un mínimo del 60 por 100 de la financiación obtenida a nueva inversión, permitiendo que el 40 por 100 restante se dedique a financiación complementaria.
Adicionalmente, el Gobierno ha decidido poner en marcha dos nuevas medidas. La primera está dirigida a mejorar la capacidad de financiación del capital circulante de aquellas PYMES que, siendo solventes y viables, estén en estos momentos viendo mermada su capacidad de financiación debido al empeoramiento generalizado en las condiciones crediticias. En particular, se ha aprobado una movilización de diez mil millones de euros para financiar esta nueva línea, de los que el ICO aporta la mitad y las entidades de crédito, la otra mitad.
En segundo lugar, el ICO otorgará una moratoria de un año en el pago del principal de aquellas empresas que estén amortizando un crédito ICO-PYME durante 2009. Esta última medida liberará cinco mil millones de euros adicionales que, junto con los diez mil millones anteriores, más cuatro mil millones de la línea ICO-PYME que pueden destinarse a inversión complementaria, suponen diecinueve millones de euros más disponibles para que las PYMES financien su capital circulante.
(…)
Medidas especiales de protección a las personas desempleadas. Hemos acordado una reducción voluntaria en el pago de las cuotas hipotecarias asociadas a la vivienda habitual de hasta el 50 por 100 durante un plazo máximo de dos años, a la que podrán acogerse trabajadores por cuenta ajena desempleados, autónomos con cargas familiares que hayan cesado en su actividad o acrediten pérdidas que reduzcan significativamente sus ingresos, y pensionistas de viudedad con cargas familiares. Estimamos que unas quinientas mil familias podrían acogerse a la moratoria parcial del pago de su hipoteca. Esta iniciativa va a contar con la colaboración de las entidades de crédito y conlleva el otorgamiento de un aval público para garantizar los pagos aplazados.
Finalmente, para concluir la explicación del conjunto de las iniciativas tomadas desde mi última comparecencia en esta Cámara el pasado 20 de octubre, paso a referirme brevemente a las ventajas fiscales vinculadas a la adquisición de la vivienda habitual.
A este respecto, hemos decidido anticipar la percepción de las deducciones para las familias con menores rentas, de manera que las cantidades a desgravar en el IRPF 2009 comenzarán a recibirlas, mediante una rebaja mensual de las retenciones, desde el principio del próximo año. La medida supondrá un anticipo, a los tres millones y medio de contribuyentes que reúnen los requisitos para acogerse a ella, de más de dos mil millones de euros. A título ilustrativo, esto puede suponer más de un 10 por 100 del pago de la cuota en hipotecas con pagos mensuales por debajo de los 750 euros.
Asimismo, vamos a aplicar una moratoria hasta 2010 a la obligación de comprar una vivienda de los titulares de cuentas ahorro-vivienda. El objetivo es que los ciudadanos que hayan estado ahorrando para adquirir su vivienda tengan un mayor margen para hacerlo en condiciones que resulten asequibles.
Además, se ampliará en dos años el plazo para que las familias que hayan adquirido una vivienda con la expectativa de vender posteriormente su residencia habitual puedan hacerlo sin que se vean perjudicadas fiscalmente.
Todas estas medidas se encontraban pendientes del dictamen del Consejo de Estado y, una vez recaído ya el mismo, serán aprobadas en el Consejo de Ministros de mañana viernes, para su entrada en vigor de manera inmediata.
Consejo Extraordinario Europeo, Washington y el Plan Europeo de recuperación económica de la Comisión
Señorías,
Estamos en la antesala de lo que puede ser la primera recesión global desde la Segunda Guerra Mundial. La globalización económica y financiera, que ha favorecido un grado de crecimiento y de estabilidad económica únicos durante la última década, ha permitido también que los problemas originados en un mercado determinado se transmitan con inusitada rapidez al conjunto de la economía internacional. De hecho, la enorme velocidad con que las perturbaciones iniciales se han extendido a mercados de todo el mundo es, en mi opinión, la principal característica distintiva de esta crisis.
Por ello, creo que debemos estar satisfechos de la capacidad de reacción y de la determinación mostradas por la Comunidad Internacional, que en el plazo de unas pocas semanas, desde el recrudecimiento de la crisis a finales del mes de septiembre, ha dado los primeros pasos para afrontar el necesario proceso de reforma del sistema financiero internacional.
La Cumbre de Washington del pasado día 15 de noviembre y la reunión previa a ésta de los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea constituyen avances muy prometedores en esta dirección.
El Consejo Europeo Extraordinario del 7 de noviembre arrancaba con dos objetivos fundamentales encima de la mesa: el primero de ellos, fijar una posición común de la Unión Europea ante la Cumbre de Washington; el segundo, poner en marcha un plan de acción coordinado de impulso a la actividad económica en la Unión Europea, que precisamente ayer veía la luz en la Comisión Europea y al que me referiré más tarde.
(…)
Pero, además de dar un primer impulso vital a las actuaciones encaminadas a reformar la arquitectura financiera internacional, la Cumbre concitó un elevado grado de coincidencia de los países que participamos en ella sobre la necesidad de intensificar los estímulos monetarios y fiscales para contrarrestar los efectos negativos de la contracción del crédito sobre la economía productiva.
Ayer mismo la Comisión Europea aprobó el Plan Europeo de Recuperación económica, recogiendo con prontitud el testigo de Washington. La Comisión reclama un esfuerzo extraordinario de impulso a la demanda equivalente a un total del 1,5 por 100 del PIB, al que los países miembros habrán de contribuir con un 1,2 por 100 y la Unión, con el restante 0,3 por 100 del PIB europeo.
Es un esfuerzo que en el caso de nuestro país se superará holgadamente a través de las medidas a las que acabo de referirme y de aquellas otras nuevas que anunciaré a continuación.
Señorías,
El Gobierno considera que debemos hacer un esfuerzo complementario proporcional al desafío al que nos enfrentamos; el mayor esfuerzo a nuestro alcance para frenar la destrucción de empleo y volver a crearlo. Así que debemos hacer más, en la línea con la petición de la Comisión Europea; pero también podemos hacer más.
Se puede hacer más porque, tras estos últimos años de rigurosa política presupuestaria, nuestro país encara esta fase recesiva desde una posición de relativa holgura en sus finanzas, en la medida en que el nivel de la deuda pública es sensiblemente inferior al de los países de nuestro entorno. Y se puede hacer más porque el Pacto de Estabilidad y Crecimiento permite una aplicación flexible de sus límites normales en situaciones de excepcionalidad como la que estamos viviendo; una flexibilidad que, de forma consensuada, va a permitir a los Estados miembros de la Unión Europea utilizar con toda su intensidad, de forma temporal y extraordinaria, los instrumentos disponibles de estímulo a la demanda, a la vez que aceleraremos las reformas estructurales y de modernización que exige nuestro sistema productivo.
Nuevas medidas, pues, y de gran magnitud; medidas que están dirigidas a incrementar la cooperación del Estado con los Ayuntamientos; a aumentar la inversión pública en el ámbito local; a actividades de Investigación, Desarrollo e Innovación; a rehabilitación de edificios públicos; a mejora de instalaciones; a actuaciones medioambientales; de apoyo al sector de automoción; de apoyo a las Comunidades Autónomas para mejorar su financiación del sistema de atención a la dependencia y de apoyo al turismo social.
Para todas estas actuaciones el Gobierno va a aprobar en el Consejo de Ministros de mañana un Real Decreto Ley con una dotación extraordinaria de once mil millones de euros para inversión en obra pública, en equipamientos públicos, vinculados especialmente a los Ayuntamientos y con los que esperamos conseguir la generación de trescientos mil puestos de trabajo en el próximo año; once mil millones de euros que, como saben, representan un esfuerzo del 1,1 por 100 del PIB de nuestro país; once mil millones de euros a través de un crédito extraordinario con cargo al Presupuesto de 2008.
Fondo Extraordinario de Inversión Pública en el Ámbito Local
Como primera actuación con cargo a este crédito extraordinario, el Gobierno va a poner en marcha, con carácter de urgencia, un Fondo Extraordinario de Inversión Pública en el Ámbito Local, destinado a la realización de obras de nueva planificación y ejecución inmediata que sean de competencia local, que tengan lógicamente el objetivo de generar empleo, capitalizar nuestras ciudades y pueblos y, por supuesto, contribuir a la economía productiva.
Serán obras de construcción, adecuación, (…)
El Fondo será gestionado por el Ministerio de Administraciones Públicas y estará dotado con ocho mil millones de euros para todos los Ayuntamientos de nuestro país para inversión en obra pública.
Para que se den cuenta de lo que esta cifra supone, les diré que representa, aproximadamente, el doble de la inversión prevista por los Ayuntamientos en el año 2009.
El objetivo del Fondo es movilizar trabajadores, empleos y recursos que, previsiblemente, procederán en buena medida de los excedentes a que ha dado lugar el ajuste tan brusco en el sector de la construcción que nuestra economía viene experimentando. En concreto, se estima que sólo con este Fondo de Inversión Pública esperamos crear alrededor de cerca de doscientos mil puestos de trabajo en 2009. Además, permitirá sostener la viabilidad y el empleo de muchas pequeñas y medianas empresas relacionadas con la construcción y actividades anexas como maquinaria, equipamiento, ingeniería o transporte.
Asimismo, el Fondo va a suponer un impulso de primer orden a la inversión municipal, el mayor que se haya hecho en la historia de España, y, por tanto, a mejorar las dotaciones de capital precisamente en un momento en el que las entidades locales gozan de un menor margen de actuación en este terreno.
Es, pues, un impulso extraordinario a la cooperación local desarrollada por el Estado, que da respuesta a la situación también extraordinaria por la que las entidades locales atraviesan.
Desde el Gobierno somos conscientes de que la efectividad de este plan depende de la rapidez en su aplicación. Si en algo existe consenso entre los distintos Gobiernos de la Unión Europea es en las medidas de reactivación, además de ser coordinadas en el ámbito europeo, han de permitir que su ejecución sea lo más rápidamente posible para actuar e impedir que se destruya tejido productivo y que represente una fuerza de choque en contra de la pérdida de empleo.
(…)
Sector del automóvil
Además, en consonancia con las propuestas lanzadas por la Comisión, dentro de los once mil millones de euros como inversión extraordinaria y urgente, además de los ocho mil millones para la obra pública municipal, vamos a dedicar un esfuerzo particular al sector del automóvil; (…)
En cifras globales, quiero especificarles que destinaremos 800 millones de euros para el sector del automóvil; 600 millones de euros para actuaciones medioambientales; 500 millones de euros para Investigación, Desarrollo e Innovación; 400 millones de euros para rehabilitación de casas-cuartel y comisarías; 120 millones de euros para rehabilitación de vivienda; 30 millones de euros para incentivar el turismo social, que, como saben, genera un número de empleo y de actividad en nuestro sector de turismo; y, además, y por último, el Gobierno transferirá 400 millones de euros a las Comunidades Autónomas para mejorar su financiación del sistema de dependencia, que es gran generador de empleo.
Todas las medidas que acabo de enumerar, que integran ese crédito extraordinario de inversión pública de once mil millones de euros, son destinadas a mantener y crear empleo; son medidas urgentes y que requieren de una rápida efectividad y son medidas que, además, contribuyen a la capitalización física de nuestro país, por tanto a la productividad, y, de igual manera, al incremento de los equipamientos sociales.
Plan Español de Estimulo a la Economía y el Empleo
(…)
Constituyen, Señorías, un poderoso arsenal, seguramente inédito por su magnitud, para contrarrestar el descenso de la actividad. Estoy seguro de que sus efectos se van apreciar con nitidez en los próximos meses, porque comportan un estimulo fiscal extraordinariamente amplio.
Inciden y actúan sobre todos los ámbitos donde, a juicio del Gobierno, es posible y necesario combatir las consecuencias de la crisis, e integran, junto a los Presupuestos para 2009, un Plan global de acción frente a ella; un Plan global, el Plan Español para el Estímulo de la Economía y del Empleo, que se asienta y avanza sobre cuatro ejes:
– Primer eje. Comprende las reducciones fiscales y todas las demás ayudas a familias y empresas que voy a reiterar brevemente. Muy sintéticamente, quiero dejar constancia del esfuerzo fiscal desplegado por el Gobierno en 2008: se ha devuelto a familias y a empresas, en este año 2008, 16.500 millones de euros como consecuencia de la devolución en el IRPF, de la reducción del Impuesto de Sociedades y medidas complementarias como la ayuda por nacimiento. Además, en 2009 queda pendiente una nueva rebaja fiscal como consecuencia de la supresión del Impuesto de Patrimonio, que va a suponer un estimulo fiscal adicional para las familias de 1.800 millones de euros, y la devolución mensual anticipada del IVA. En definitiva, reducción fiscal en 2008 y en 2009 de ayuda principalmente a familias y a empresas en torno a veinte mil millones de euros, decisión que hemos podido tomar, sin duda alguna, gracias al superávit y a la política fiscal que hemos tenido en los últimos cuatro años.
En este primer bloque de ayudas fiscales a familias y a empresas hay que añadir también las medidas de la moratoria parcial de las hipotecas, las ventajas fiscales en materia de adquisición de viviendas y, para las empresas, las nuevas líneas de financiación del ICO, a las que me he referido anteriormente y que en 2009 alcanzarán la cuantía de 39.000 millones de euros.
– Segundo eje. Son las medidas de reactivación y de fomento directo del empleo. Incluyen los nuevos estímulos a la contratación y al autoempleo, a los que también me he referido con anterioridad, adoptados siempre en el marco del dialogo social que no deja de trabajar y que deparará en las próxima semanas nuevos resultados en favor del empleo y su estabilidad.
Este segundo eje incluye también el nuevo Fondo de Inversión Pública en el ámbito local y las nuevas medidas de apoyo a la innovación, al sector del automóvil y actuaciones medioambientales, entre otras.
– Tercer eje: las medidas extraordinarias de apoyo al sistema financiero, que comprometen un cantidad de 250.000 millones de euros, doscientos mil millones a través de avales del Estado a la emisión de deuda de las entidades y cincuenta mil millones a través del Fondo de Adquisición de Activos de las Entidades Financieras.
(…)
Confiamos, además, Señorías, en que, del mismo modo en que el Gobierno está articulando sus medidas a las adoptadas por la Unión Europea, este Plan Global se enriquezca con todas las actuaciones complementarias de las demás administraciones, lógicamente en el ámbito de sus competencias y de sus posibilidades; en particular nuestras Comunidades Autónomas y, en particular, en lo que afecta a la formación para el empleo, la educación, que, sin duda alguna, son también elementos determinantes para el futuro de nuestro productivo.
Cierre
Señorías,
Comencé esta comparecencia señalando (…)
Es verdad que una crisis tan rápida e intensa como ésta no tenía precedentes y que está trayendo consigo un alto coste para el empleo en nuestro país; pero tampoco tienen precedente muchas de las iniciativas que estamos adoptando, del esfuerzo que el sector público, que todos los ciudadanos, en definitiva, vamos a hacer para combatir la crisis y combatir el desempleo. Tampoco existía ningún grado conocido, ningún precedente conocido, del alto grado de concertación y determinación que se está produciendo a la hora de reaccionar por parte de la Comunidad Internacional.
Por parte del Gobierno de España, al igual que sucedió a la hora de adoptar las medidas de apoyo y respaldo al sector financiero que he vuelto hoy a analizar aquí, actuamos en aquel entonces, y hoy también presentando el Plan para la Recuperación Económica de la Economía Española, en coordinación con la Unión Europea, justo al día siguiente de que la Comisión haya hecho público su plan y una vez que hemos trabajado en las últimas semanas en coordinación con la Comisión para tener preparadas las nuevas medidas, de tal suerte que, como les he indicado, mañana mismo el Consejo de Ministros aprobará ese Real Decreto Ley con carácter de urgencia.
Somos testigos, Señorías, en estos momentos de la mayor respuesta que las autoridades económicas de todo el mundo, por no hacer referencia a la respuesta que se está produciendo en Estados Unidos, la primera economía mundial, jamás han dado ante una situación de crisis económica; respuestas que se extienden a lo largo de todos los frentes decisivos para las economías: el frente fiscal, el monetario y el financiero.
(…)
Señorías,
Éste es el tiempo de afirmar nuestra determinación y nuestro compromiso; es el tiempo para tener confianza en lo que representa la acción de los Gobiernos, en lo que representa el sector público, la inversión pública y la cohesión social; es el tiempo de sumar esfuerzos; es el tiempo de concitar voluntades, políticas, empresariales, financieras y sindicales, y es el tiempo de estar a la altura de la responsabilidad que nos concierne. Así trabaja el Gobierno.
Muchas gracias.
Me guista especialmente esto: «Se puede hacer más porque, tras estos últimos años de rigurosa política presupuestaria, nuestro país encara esta fase recesiva desde una posición de relativa holgura en sus finanzas, en la medida en que el nivel de la deuda pública es sensiblemente inferior al de los países de nuestro entorno.»
¿Y tú Diego, en noviembre de 2008, dónde estabas?