Ayer escribí una entrada que tenía una finalidad específica y muy concreta: demostrar que Raül Romeva miente cuando afirma que para «echar» a Cataluña de la UE hay que reconocerla como Estado y que los que repiten esto (muchos) mienten también.
Como consecuencia de la entrada mantuve algunas conversaciones y descubrí que indiscutiblemente había alcanzado mi objetivo, ya que nadie fue capaz de mantener lo que Romeva había afirmado alegremente; sin embargo, esto no parecía importar, ya que inmediatamente se hablaba de «otras» cosas.
Algunas de esas otras cosas podían parecer razonables, pero en cierto sentido estaban desenfocadas. Me explicaré. El elemento común a esas derivaciones es la dificultad para España a la hora de llevar a la práctica políticas respecto de esa Cataluña independiente de facto y de las personas que viven en su territorio. Para aclarar mi posición, haré algunas consideraciones previas.
La primera es que yo parto de una hipótesis para demostrar que Romeva miente. No sostengo que sea bueno llegar a esa situación (una Cataluña independiente de facto). Ahora, ¿no es importante demostrar que el número uno de la lista que quiere declarar la independencia miente sobre algo muy importante para la viabilidad de su propuesta? Parece que a mucha gente esto le diera igual.
La segunda es que ni siquiera creo que lleguemos ahí. Contra lo que se dice desde el secesionismo catalán, dudo que ningún Gobierno español de ningún signo quiera o pueda facilitar en absoluto la secesión. Las razones internas en contra son tan extremadamente poderosas (pérdida del poder en el resto de España, ola de secesiones en otras regiones españolas, etc.) que me temo que cualquier Gobierno siempre elegirá imponerse si se llega a ese punto.
La tercera es que mi entrada de ayer (u otras que haya escrito) no pretenden negar los problemas para el Gobierno español de una secesión unilateral declarada por un gobierno autonómico catalán. Siempre he dicho que esto implica entrar en un proceso lleno de riesgos e incertidumbres en el que, de entrada, solo veo pérdida y dolor. Seguro que las medidas que tuviera que adoptar un Gobierno para hacer cumplir la ley en Cataluña serían perjudiciales y difíciles. Desde la más suave hasta la más enérgica. No quiero pecar de cuñadismo, ya que nadie me paga para pensar en ellas y no voy a especular. La cuestión es que esto es indiferente en relación con la cuestión de fondo: no quedaría más remedio que aplicar medidas coercitivas porque la alternativa es peor. Aunque un Gobierno quisiera evitárselas, simplemente no podría.
La cuarta es que, de darse la hipótesis que planteaba en mi entrada anterior (para demostrar la mentira secesionista), se daría tras un proceso previo doloroso que necesariamente exacerbaría las diferencias y que nos situaría en escenarios que ahora no nos atrevemos a contemplar. Creer que son imposibles controles de fronteras, controles de capitales, pérdidas de nacionalidad por la obligatoriedad de optar, exigencia al que opte por la nacionalidad española del cumplimiento de ciertas obligaciones, etc., es negar que los procesos malignos desembocan en malos escenarios.
Dicho esto, ya puedo explicar por qué están desenfocadas. El secesionismo catalán ha decidido ignorar los riesgos y dificultades o, en el mejor de los casos, minimizarlos hasta convertirlos casi en cuestión de procedimiento. Ayer explicaba que hay muchos Estados que lo son de facto, que llevan años en limbos diferentes. Algunos incluso han empeorado, como en el caso de Taiwán. Sin embargo, al mencionar escenarios como estos, se hace hincapié en los problemas para el resto de España. Por ejemplo, se menciona que sería precisa la unanimidad para aplicar a Cataluña algo similar a lo que sucede con Chipre del norte.
Esto es extraordinario. Cuando los secesionistas hablan de la Cataluña independiente de facto, por una declaración unilateral, pronostican que todo serán facilidades. La UE es una unión pragmática nos dicen, así que desaparecerán rápidamente los problemas derivados de que Cataluña no está en los tratados, de que no está prevista la secesión de una parte, de que el reconocimiento no es automático. Todo eso se evitará porque «es malo para todo el mundo».
Sin embargo, cuando demuestras que muchos Estados de facto llevan años en limbos diversos, fuera de instituciones internacionales, entonces el «pragmatismo» buenista se convierte en obstáculos insuperables, pero ¡para España! Será fácil convencer a los Estados de la UE (incluso parece que a España) para que reconozcan a Cataluña y todos la incluyan en los tratados, pero si se trata de convencerlos de que apliquen la solución prevista YA para Chipre, entonces la unanimidad es algo muy complicado. Obvian, al vivir en su mágico mundo de colores, que la unanimidad se ha conseguido en Europa en muchas ocasiones. Y que, puestos a especular, es mucho más simple que Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y España (como ven Estados que no pintan nada en Europa), se pongan de acuerdo en dejar fuera del acervo comunitario a una región de un Estado miembro no controlada por este mientras se resuelve el problema (piensen en los años que llevamos para que se resuelva el problema palestino o saharaui) que en lo que los secesionistas consideran tan sencillo. ¿En serio cree alguien que es más fácil convencer a todos los miembros de la UE de que se reconozca a Cataluña y se la declare miembro de la UE antes que convencer a Eslovaquia de dejarla fuera «de momento» tal y como YA se hace con Chipre del Norte? Venga, piensen en ello. Por cierto: España ya es un Estado; tiene todos los resortes de un Estado; y además es un Estado que cumple con las leyes y los tratados. Sin embargo, hay quien cree que los que rompen la baraja y se saltan la legalidad interior tienen alguna carta a favor seria.
Y, lo más importante, ¿mientras tanto qué pasaría? Los llamados representantes del Estado catalán no serían reconocidos por nadie; no serían interlocutores en ningún sitio. El Estado catalán sería un Estado fantasma y sus ciudadanos podrían verse perjudicados por mil y un obstáculos administrativos que les dificultarían viajar, comerciar, vivir. Lo paradójico, además es que cuánto más éxito tuvieran más lejos estarían de llegar al punto en que se encuentran ahora. La apuesta de seguir así, con una ciudadanía europea a través de España, con una pertenencia a la UE a través de España, es inasumible. Uno no se secesiona para no crear un Estado de verdad. Al final, si consiguieran que una mayoría de Estados de la UE reconocieran a Cataluña, sería inevitable que esa misma mayoría la expulsase de la UE, pero no porque hubiese un acuerdo unánime al respecto, sino por el hecho inevitable de que no se puede reconocer a Cataluña sin reconocer que no está en la lista de Estados de la UE (pues ya no sería España ni sucesora de España) ni en la de la ONU, por ejemplo.
Es decir, tras un presumiblemente largo y doloroso viaje por el desierto, y alcanzado el éxito de que todos los Estados de la UE (¡incluso España!) la reconozcan, Cataluña, entonces, tendría que iniciar el proceso de pedir su incorporación a la Unión Europea. Como ven, una apuesta cojonuda.
Así que, ¿en qué parece consistir el arma secreta que obligará al resto -según algunos de los que argumentan a favor de la secesión- a aceptarla? En una secesión falsa. En una secesión de opereta. En seguir siendo españoles y seguir siendo parte de España para seguir siendo europeos y parte de Europa. Es un chiste cósmico.
Están jugando con la vida y el patrimonio de la gente. Jugando, con mentiras, a un juego de azar. Apostando todo a que les tocará la lotería.
Ahí estamos, un Estado al cual España le pagaría los gastos de la fiesta sin que dicho Estado tenga que dar nada a cambio. Parece que nadie contempla ese escenario, malísimo, pero posible.
Lo de jugar con el patrimonio y la vida de los catalanes es cierto, pero no lo es menos que muchos catalanes se han apuntado también al juego.
Las analogías con la situación de Osetia del Sur, Chipre, etc, son lógicas y están bien traídas, pero creo que falta resaltar un punto fundamental: esos estados-fantasma solo se mantienen porque existe un estado-primo de Zumosol que los patrocina y corre con los gastos para que puedan seguir malviviendo en el limbo y servir con ello a los intereses, muchas veces instrumentales, de esa potencia.
Quién va a ser el sugar daddy de esa Catalunya con independencia de juguete?? Andorra??
Había olvidado esta perla de entrevista de Herrera hace unos años a Romeva https://www.youtube.com/watch?v=ytOPyYsSzfc
Entonces usted no cree que ese es el plan? Pero si está claro desde el principio. Se quedarán con lo bueno y no aceptarán ninguna de las consecuencias. Llegarán hasta donde puedan siempre que eso no afecte a su estatus internacional. Los artículos que enlazaba usted ayer daban como posibilidad el hecho de que el nuevo estado tuviera un 70 por ciento de extranjeros y sólo un 30 por ciento de nacionales, aunque, evidentemente, resaltaban la inconsistencia política de algo así, por lo que no tenían muy en cuenta esa posibilidad.
Yo creo que la línea explicativa que hay que aplicar a todo esto es que la gente, en ocasiones, se vuelve loca. Sí, ya lo sé, no puedo demostrar con textos ni estudios algo así, pero mire, hay mucha gente (y yo conozco a algunos) que va a votar a Podemos sólo para joder, porque están cabreados (no sé muy bien con qué) y reconocen que si Podemos ganara llevaría a España al desastre, pero te dicen que «necesitamos una catarsis» o «entonces qué, votamos a los de Bárcenas?». Gente con formación, universitarios, con un alto nivel de vida que los situaría en lo que los de Podemos llaman «la casta» incluso millonarios. Pues esos van a votar a Podemos «para que todo se vaya a tomar por culo de una puta vez» (sic).
Recientemente ha estallado en España la burbuja inmobiliaria. Visto de lejos resulta asombroso comprobar como se daba por normal que, cuantos más pisos había, mas caros estaban. La gente se adeudaba en plazos absurdos para poder pagar precios grotescos. Y se hizo así. Y ahora está toda españa arruinada para el resto de su vida. Y las consecuencias se sabían, como se saben las que tendría un gobierno de Podemos. Pero si todos estaban como locos comprando pisos, no iba uno a ser el único gilipollas que se iba a quedar sin participar de la fiesta.
Usted dirá que qué tienen que ver Podemos y la burbuja inmobiliaria con Cataluña. Pues tienen que ver como ejemplos de locura colectiva, de explosión de lo que en inglés se dice «wishfull thinking». Y, aunque es posible que el señor más sepa esto y lo único que esté haciendo sea «apretar un poco para negociar», no me parece que los demás líderes lo sepan. Yo los veo bastante convencidos. Y no digamos ya la gente.
Perdone que me meta, Lehningen, pero creo que yerra cuando dice «Se quedarán con lo bueno y no aceptarán ninguna de las consecuencias.» Las consecuencias, se acepten o no, se dan.
Y acepten o no estar fuera de la UE, si se quedan fuera no estarán dentro.
Y acepten o no perder la nacionalidad española, si la pierden, se quedan sin ella.
Estoy de acuerdo con usted, si eso es lo que quiere decir, que esas graves consecuencias, seguramente no sean tenidas en cuenta a la hora de formarse una opinión y su consecuente voto, ya sea por locura, por ignorancia, etc.
Pero creo que aquí lo que se está tratando es de mostrar que es falso lo que usted dice que ellos pretenden, que la secesión sólo traería consecuencias buenas y no malas. Y no creo que lo que se pretende decir es que esas consecuencias nefastas pararán la secesión. Yo creo que sí podrían retrasarla e incluso pararla, porque según vayan quemando etapas en el proceso puede que vayan sucediendo esas consecuencias, que hagan cambiar a la gente de opinión: el prusés es eso, un proceso; van pasando cosas, y esas cosas van teniendo consecuencias; según el orden en que pasen las cosas, sus consecuencias pararán el proceso antes del punto de no retorno, o bien no lo harán y se sufrirán sin más (y creo que para muchos, no valdrá lo de sarna con gusto no pica).
Un saludo.
Tanto los que pronostican un escenario idílico en caso de independencia unilateral como los que lo pintan apocalíptico no hacen más que vender sus respectivas motos. La realidad es que nadie tiene bolas de cristal y, si ya es difícil hacer pronósticos en contextos «normales», asegurar qué pasaría en un escenario tan inédito y con tantos condicionantes imprevisibles se me antoja imposible. Ante tanta incertidumbre, se agradece que alguien desmonte los argumentos falaces y nos recuerde qué es lo que SÍ podría pasar, para que seamos conscientes de los riesgos.
Sí, claro que tendría consecuencias. Pero y si se produce el escenario que desecha el sr. Tsé? Es decir, nos independizamos en todo lo que no tenga consecuencias, via desobediencia, y en lo que las tenga nos comemos el marrón y así, además, podemos seguir con nuestro victimismo. Por ejemplo, eliminación total del castellano de la vida pública y entorpecimiento y persecución en la privada. Manipulación de cuentas públicas para reducir el saldo fiscal, «embajadas» que, al final, serán eso «de facto». Y si no los reconoce nadie, qué más les da? Si lo que quieren, es decir, la disminución paulatina hasta reducirla a casi cero de la soberanía española en su territorio ya lo están consiguiendo. Bocadito a bocadito uno acaba comiéndose una ballena. Y éstos ya van por la raspa. Actúan como la carcoma. Se come el leño por dentro para que parezca que por fuera está normal. Y cuando lo coges se te desintegra entre las manos. Recuerden que uno de los factores (que no se habló de él) para la inacción del gobierno en el referéndum del año pasado fue que no estaban seguros de que los terminales institucionales del gobierno central en Cataluña respondieran como se esperaba que hicieran.
Todo lo que yo digo no lo baso en lo que los catalanes dicen que van a hacer, sino en lo que hacen los que deberían impedir que hagan lo que les da la gana, que es nada.
Otro factor es que tengan una opinion tan elevada de sí mismos que piensen que Europa no se atreverá a prescindir de ellos, con lo industriosos y superguais que son, que hasta dominaron el mediterraneo hace 500 años. No me extrañaría que en su delirio esta fuera una de las razones de su enconamiento.
No me pida perdón por meterse. Para eso venimos aquí, para meternos. Un abrazo.
Sr. Pepe.
Todo lo que se dice que pasará o pasaría lo es en virtud de actos que tomarían personas, no en virtud de leyes inevitables de la naturaleza. Tratar de deducir lo que pasará en virtud de especulaciones argumentativas de tipo jurídico estaría muy bien si las leyes se cumplieran por su propia existencia. Pero las leyes se cumplen porque alguien las hace cumplir. Por tanto, si no hay esa voluntad, las leyes son papel mojado. Y en el caso de Cataluña, y al menos en lo que concierne a su relación con el resto de España, creo que esa voluntad no existe. Por tanto, lo que digan las leyes o lo que podamos prever según lo que estas digan es irrelevante si todo depende de la voluntad de una persona sometida a presiones extrajurídicas por todas partes. Uno no va a la cárcel por el mero hecho de que lo condene un juez, sino porque la polícia te lleva allí por la fuerza.
Yo no sé lo que va a pasar. Pero pase lo que pase, será fruto de decisiones políticas. Y para hacerse una idea de lo que puede pasar no solo hay que leerse los tratados, también hay que fijarse en quienes son los que tienen que hacerlos cumplir y en lo que han hecho hasta ahora.
Lo que más me preocupa del movimiento nacionalista independentista Catalán es su ¿esperanza? de crear un Estado relativamente estable después de todo lo que se lleva gestando -y los responsables tienen nombre y apellidos- estos últimos años. A día de hoy la ideología del independentismo catalán se basa en el perpetuo movimiento, no tiene un fin más allá de sí mismo.
Esta sonando el Bolero de Ravel y me parece la banda sonora perfecta para esta situación, un ostinato que se va desarrollando, ganando fuerza y volumen, hasta que al final, pura euforia, no tiene más remedio que terminar, o explotar. En ambos casos, al concluir, solo queda el silencio.
Creo entender lo que dice; que hay o puede haber un cierto grado de desobediencia por parte de las autoridades autonómicas catalanas, que equivaldría a un cierto grado de «independencia» a la carta, y que podrían aumentarlo sin que nadie en el Gobierno español hiciera nada. Si es eso, puedo estar de acuerdo con usted, pero hay límites que obligarían al Gobierno español o bien a hacer algo, o bien admitir que no tiene el control de facto sobre Cataluña, con lo que se daría la consecuencia que indicaba Tsevan, de no pertenencia a la UE.
Quiero decir, para que una administración gaste, tiene que ser financiada; y eso lo hace el gobierno español. No sé cómo va el flujo, pero entiendo que todos los ingresos van a la AEAT, que supongo que tendrá una cuenta en el BdE, y que de ahí se hacen transferencias a otras cuentas del BdE de las que serán titulares los organismos que se detallen en los PGE. O algo así.
Y ahí es donde todo queda claro; es decir, si ese flujo se rompe, o bien no hay secesión (no les llega el dinero) o bien la hay (no llega el dinero a la AEAT). Y ya no vale lo de no soy español para no cumplir la ley de educación pero sigo siendo español para ser de la UE.
Y siendo esta importante, hay más: el día que el ejército destacado en Cataluña, siguiendo órdenes «de Madrid» tenga que salir de los cuarteles para hacer tal o cual maniobra, si no obedecen hay secesión.
El día que el gobierno central dé órdenes a la administración periférica sita en Cataluña, si no obedece, habrá secesión de facto; o cuando el funcionamiento de la justicia no sea el que rige la ley, etc.
Un saludo.
Exacto. Cataluña será tan independiente como la dejen serlo, entendiendo el verbo «dejar» no en sentido reglamentario, sino coercitivo. Es decir, los límites no serán los que diga la legalidad, sino aquellos a los que puedan llegar sin represalias.
Este escenario es mejor aún que la independencia. Tiene todas las ventajas y ningún inconveniente. No serán independientes, con lo que seguiran con la matraca eternamente, pero de facto harán lo que les de la gana.
Siempre y cuando alguien no vaya a los tribunales.
Y no son todas las ventajas: los impuestos, los PGE (gasto, inversiones, etc.) se siguen estableciendo en el Parlamento. Y eso, precisamente eso, es lo que quiere Mas (o quería, ya no sé por dónde anda ese hombre).
Un saludo.
Lehningen, su análisis me parece extraordinariamente acertado y preciso. No se puede decir mejor. Estoy de acuerdo por completo. La metáfora del leño roído por la carcoma me ha parecido espectacular.
Efectivamente, si es que lo estamos viendo día sí y día también. Los dirigentes avanzan a base de ir subiendo el nivel de exigencia conforme van quemando etapas. El teórico final del independentismo será lograr la independencia, si, pero como bien dice Lehningen, siempre y cuando tenga sus ventajas y no sus inconvenientes. Esa es la meta. Llegar al punto máximo hasta empezar a perder privilegios.
Pero si ya incluso baraja el gobierno la posibilidad de dejar que gestionen el IVA, por ejemplo. Cosa impensable hace apenas unos años. Y mas cesión de competencias que se van fraguando, conforme la presión independentista se hace mas y más fuerte. Si hasta decía alguno que el Barcelona jugaría sin problemas en la liga española!! (es una tontería, pero ejemplifica muy bien cómo funcionan estos tipos).
Y de cumplir las leyes, nada. No hay mas que fijarse en las sentencias del Supremo y el Constitucional sobre el tema del castellano para ver que se las pasan por el forro sin ninguna consecuencia. Por no hablar de la ley de banderas o de otras muchas cosas que incumplen y como si nada.
Y por supuesto que hay muchos independentistas que lo sienten de verdad, que se creen a pies juntillas lo que les dicen o, incluso, van mas allá, que les da igual convertirse en unos parias por tal de tener su estado propio. Pero de esos son los que se aprovechan los dirigentes políticos para empujar sus proyectos. Tontos útiles.
¿Que tarde o temprano de toparán con un límite crítico donde la cosa si puede empezar a ponerse peluda de verdad? Pues seguro, pero en ese punto será donde se frenen y comiencen otra etapa de victimismo persistente hasta presionar lo suficiente para buscar la manera de avanzar un nivel más.
A mi la verdad que como fenómeno sociológico y como estrategia política me parece fascinante todo esto. Son extraordinariamente inteligentes, hay que reconocérselo. Ni el independentismo vasco, con toda su brutalidad y toda su violencia, ha logrado alcanzar las cuotas de poder. Los catalanes han sido, son y serán muchísimos mas taimados y listos. Al menos hasta ahora.
[…] es de suponer que el mismo Romeva cursó dos años de Filosofía. Más aún, todos aquellos que aplauden las mentiras y piden otra ración, todos aquellos que hablan de sentimientos colectivos y convierten en afrenta cualquier opinión […]