Lo que pasa por confundir al ciudadano Rajoy con el Presidente del Gobierno

 

El padre del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene 95 años. Vive en La Moncloa. Y ahora, los señores de El Diario han descubierto que precisa el cuidado de dos personas, que han sido contratadas por Presidencia del Gobierno y a las que pagamos todos los españoles. Estamos hablando de unos 60.000 € anuales, según dice la noticia.

Mariano Rajoy, pese a la importancia de su cargo, gana 78.000 € anuales. Un sueldo indigno, en mi opinión. Siempre lo he dicho: este sueldo debería multiplicarse por diez para parecerme razonable.

La noticia me disgusta. También las menciones a que se trata de gastos para cuidado de un dependiente y no de gastos médicos. No tengo nada en contra de la transparencia, pero aquí solo veo populismo.

Son tan importantes las funciones de un Presidente del Gobierno, que durante el ejercicio de su cargo (y con carácter vitalicio, salvo incompatibilidad) debería tener ingresos más que de sobra para vivir de manera holgada. Y se debería incluir el gasto preciso para la atención a los familiares que con él convivan. En particular, sus hijos menores o sin ingresos, y sus padres.

Sin embargo, se ha instalado entre nosotros un estúpido discurso que renuncia a la dignidad de las instituciones democráticas, convirtiéndolas, al socaire de un fácil igualitarismo (en el que ya han caído todos los partidos), en un sucedáneo de cooperativa o de asociación.

Digo dignidad de las instituciones porque Rajoy, y el que venga después, solo puede ocupar el cargo dignamente si no se tiene que preocupar de que su padre de 95 años, que vive con él en La Moncloa, esté atendido.

Ya sé, sin embargo, que esto que digo ofenderá a muchos. Por ejemplo, a todos los que se ocupan de un familiar dependiente y asumen el coste. Esa indignación absurda es producto de una comparación inconsistente: no pagamos los cuidados del padre de Rajoy; pagamos los cuidados del padre del Presidente del Gobierno.

En gran medida, muchos de nuestros males tienen que ver con esa confusión: con la confusión entre el hecho necesario de que las instituciones se vean representadas por ciudadanos y el hecho de que esas instituciones no les pertenecen, sino que nos pertenecen a todos. Debemos cuidar de lo que es nuestro. Y hoy, el padre concreto del Presidente del Gobierno concreto que ocupa el cargo es también obligación nuestra.

Solo si los españoles empezamos a cuidar lo que es de todos como se merece, dotando a los que de manera provisional ocupan los cargos con los medios precisos para que nos representen correctamente, podremos exigir a los que ocupan el cargo provisionalmente que estén a la altura de las circunstancias.

 

9 comentarios en “Lo que pasa por confundir al ciudadano Rajoy con el Presidente del Gobierno

  1. La derecha lo tiene bastante difícil con este asunto. Ellos han extendido que los ciudadanos habían vivido por encima de sus posibilidades, que habíamos malgastado dinero y que el fruto de eso era la crisis. Lo que caía sobre nuestras cabezas era una especie de castigo que expiraríamos mediante la «austeridad». Por supuesto todo esto no son más que soflamas populistas que no soportan el más mínimo análisis económico: Las crisis son fenómenos complejos, pero no son, desde luego, castigos morales. Y por supuesto la austeridad y «apretarse el cinturón» solo empeora las cosas en un ciclo de contracción económica. De eso sabemos mucho en Europa.

    Además aunque es verdad que antes de la crisis hubo errores económicos garrafales, no se habla de que el peor de esos errores fue el ingreso en una moneda común sin estabilizadores comunes y sin una política de transferencias consolidada. Es como si el gran error previo a la crisis hubiesen sido los elevados salarios del sector de la construcción o el gasto en políticas del bienestar. En definitiva: La derecha ha jugado ha confundir la economía con una visión moral concreta que le permitía meter en la política nacional su agenda (una agenda que ha sido históricamente derrotada por la agenda socialdemócrata) y en asuntos como este esa visión le explota en la cara.

    Hace pocas semanas escuchábamos a Rajoy bendiciendo a los ciudadanos por sus sacrificios y diciéndoles que esos sacrificios permiten a la economía recuperarse, cuando la leve y temporal mejoría de la economía se ha producido porque España tiene el tamaño suficiente para hacer lo que no pudo hacer Grecia: Incumplir los infumables objetivos de déficit. Pues los ciudadanos pensarán: Si los sacrificios de muchos, las menores inversiones y la reducción de prestaciones, gasto en sanidad etc son buenos para la economía … (esto es FALSO)… ¿no será también bueno para la economía que el padre de Rajoy reciba menos y peores cuidados? ¿Que la familia Rajoy «se apriete el cinturón»?

    Cuando tú propones como solución a los problemas el sufrimiento, la austeridad y el vivir mal la gente termina exigiéndote que prediques con el ejemplo.

  2. Cierto que lo que cobra podría ser superior sobre todo si atendemos a los sueldos de algunos alcaldes, pero no confunda «vivir de manera holgada» con vivir acorde a su puesto. El «debería incluir el gasto preciso para la atención a los familiares que con él convivan» no lo se, y por qué como un deber, acaso el padre en cuestión perdió sus derechos como ciudadano cuando Rajoy hijo llegó a la presidencia, damos por hecho que no cuenta A con recursos propios para costearse la atención médica precisa a su estado? porque en ese caso, la pregunta es qué va a ser de ese pobre hombre cuando su hijo se pire de Moncloa?. Lo mejor, el título, leído al inicio queda claro, releerlo una vez leído el cuerpo, cobra doble sentido, y sí, visto así reconozco que yo lo confundí. Pensaba que era primero ciudadano y luego Presidente

  3. Son cosas que ni siquiera intento intelectualizar. Mi estómago me dice que Rajoy hace lo correcto, lo que debería hacer cualquiera en su lugar. Cualquier otra cosa me parecería injusta o anómala, y creo que es un baremo que aplicaría a cualquier otro político.

  4. Además de mirar los programas electorales, vamos a tener que informarnos de cuántos familiares directos tienen los aspirantes a Presidente de cada partido. No vaya a ser que votemos a alguno con catorce hijos, haya que poner dos niñeras por niño (el que necesite más, más. ¡Que para eso es Presidente del Gobierno y no paga de su bolsillo!) y se nos desbarajusten los presupuestos.
    Que tenga que cobrar más no lo niego. Pero que sus gastos personales tengan que salir de su bolsillo, me parece obvio. O si no salen, por lo menos, que sean razonables. Y que haya un cierto control. ¿O es que cada uno puede gastar lo que le dé la gana por ser Presidente?

  5. Su padre tiene una pensión de juez, y seguramente su patrimonio no será corto (el familiar en general). Si no me equivoco, tiene tres hermanos registradores (uno tristemente fallecido), y no sé si otro notario.
    Claro está que las circunstancias personales de cada uno las conoce cada uno, pero no creo que el erario público esté para cubrir estas vicisitudes (al menos de esta forma tan «especial»).

  6. Yo estoy con el señor Apuf. Sus gastos personales que se los pague de su bolsillo. Su sueldo, en cambio que lo reserve para…espera, que no se me ocurre nada público…ah, sí, mujeres públicas…pelis para todos lo públicos, depilación de vello púbico ( en esto que pida descuento por faltar la ele).

  7. Advierto al Sr. Apuf que no es una crítica a su comentario sino una vieja anécdota política, pero me disculpo por haber usado su nombre cuando bastaba con decir, por ejemplo, «Yo estoy con los que opinan que…etc». Queda dicho, pues.

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