Vean esto del CIS:
Yo creo que este dato, que está indignando a personas bienintencionadas, puede deberse a una confusión en muchos de los entrevistados por el CIS. Sin considerar que la encuesta no inquiere por los libros releídos, espinoso olvido que solo menciono de pasada para no salar más la herida, vean ustedes que la pregunta no ha sido: «¿Cuántos libros aproximadamente ha leído Ud. en los últimos doce meses?». Así efectuada, no habría duda: un 40% de españoles llevaría un año sin leer un solo libro, algo que debería hacer reflexionar a la industria editorial sobre la calidad de lo publicado, incluso considerando esas cosas con tapa y contraportada que la gente compra y/o regala y luego no lee.
Sin embargo, dada la pregunta, lo más lógico es pensar que «aproximadamente» no se refiere al número de libros, sino al acto de su lectura. No sé bien qué puede entenderse por leer aproximadamente un libro. ¿Quizás leerlo de soslayo? ¿Quizás sin poner en él los cinco sentidos, metafóricamente hablando? ¿Quizás leerlo como un acto de coraje, de inmersión en un mundo aún desconocido, pero que nos atrae? No lo sé, pero sí sé que es posible que el lector habitual que solo huella mundos conocidos y confortables, puede haberse visto, por amor a la verdad, en la necesidad de responder «ninguno», quizás con una punzada de envidia. Vean que mi hipótesis la avala el extraordinario hecho de que los entrevistados hayan alcanzado la ¡pregunta 73! ¡Esa encuesta es más exigente que el 90% de los libros que aparecen entre los diez más vendidos en la sección de «no ficción»!
Por esta razón, suspendo mi juicio. Puede que esté España repleta de personas ahítas de lecturas convencionales, a la espera solo del autor al que leer aproximadamente.