Qué risa

 

Hay mucha gente que dice que lo peor de Podemos es su cursilería, su uso impúdico del sentimentalismo. Enorme error. El populismo siempre intenta utilizar los canales irracionales, porque el análisis racional de la realidad es su peor enemigo. Cuanto mayor sea el componente populista en un partido o movimiento político, o en una ideología, mas habitual será el uso de conceptos generales como patria o pueblo y de hechos aislados escogidos que refuercen ciertos estereotipos. El sentimentalismo, incluso el sentimentalismo más casposo, es inevitable en Podemos porque solo simplificando, convirtiendo los asuntos y las propuestas en monigotes, puede tener éxito.

Lo peor de Podemos no es el sentimentalismo. Todos los partidos querrían poder utilizarlo, porque es un instrumento simple que produce réditos, pero algunos lo tienen muy difícil, porque la corrupción y los años de gobierno —la realidad— se lo ponen cuesta arriba. Por eso es tan habitual en los partidos nuevos: sobre la tabla rasa de su pasado pueden prometer el paraíso a los incautos. El problema de Podemos es que detrás de su sentimentalismo solo hay una tremenda inanidad que inunda incluso sus documentos programáticos, repletos de declaraciones de amor y ayunos de realidad.

No tengo nada en contra de reírnos de la cursilería pararreligiosa. Además, siempre hay que reírse del poderoso y estos lo son ya. Eso sí, no olviden, después de la última carcajada, que nos quieren obligar a ir a misa para explicarnos que el futuro está cerca, que los pecadores serán castigados y que tengamos paciencia mientras tanto.

Y como lo consigan los que se van a descojonar son ellos.

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6 comentarios en “Qué risa

  1. Ve Vd. la paja en el ojo propio y no la viga en el ajeno: se le olvida criticar la risa de ellos. La inanidad del podemismo no tiene una sino dos consecuencias. Por un lado, el sentimentalismo llorón al que se refiere Vd.; por otro, la cuchufleta. El chirigotismo. Eso de hacerse el Arévalo en el Congreso, etcétera. No sé cuál de las dos prácticas es más estomagante, si la llantina o el chiste inoportuno, pero su alternancia es devastadora.

    En fin, tengo un día Jorge de Burgos.

  2. El edificio necesita una reforma total: para entendernos, un vaciado.

    Éstos lo que afirman es que hay que construir uno nuevo. Y el primer paso es dinarmitar el actual: con todos los inquilinos dentro.

    Creo que a éstos les pega bien eso de que ya sabemos que son honrados pero… ¿qué bondad hay en un hombre honrado adorando al mal? Son, como Bruto, hombres honrados. O habría que decir que son honrados (en su adoración del mal) pero brutos.

    Los detesto. Hay ciertos tipos de personaje que me resultan insufribles en la España moderna: unos son los que, tras su fachada de graciosos o payasos, esconden un criminal hecho y derecho, aunque enormemente populista: como Gil y Gil o Rúiz Mateos; otros, los que presumen de la verdad absoluta y tanto más granguiñolescos resultan cuanto más serios se pretenden, como le sucedió a un Julio Anguita del que no sé si se habrá comenzado a preguntar ya en qué falló; otros, los egalitarios (me perdonen el galicismo), que han corrompido el sistema educativo y llevan doce años convirtiendo su guerra de sexos en una auténtica guerra civil contra los hombres, disfrazada de feminismo con exóticos toques americanos que incluyen una jerga n@ sexist@ (de la que, citando ahora a Frank Herbert, que creo que acertó de pleno, esconde mucha ignorancia y aporta muy poco conocimiento) que me invita a «exterminar a los brutos» (en palabras de Iggy Pop esta vez, y perdónenme el falso amigo al mal traducir el «brutes» original).

    Estos bolivarianos no son sólo un síntoma sino también una secuela. Y la verdad es que como no reformemos pronto el edificio se va a acabar derrumbando él solo: incluso antes de que éstos hayan puesto las cargas explosivas.

  3. Hoy esto en El País http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/13/actualidad/1463161975_471835.html ni siquiera el más delirante de los novelistas podría imaginar un absurdo como el del papel higiénico. A esto lleva ese discurso falsamente sentimentaloide. Contaba Orlando Figes cómo durante uno de los duros inviernos de la revolución rusa, cuando no había qué comer, los bolcheviques sacaron a la calle a la gente adinerada a limpiar la nieve. No mejoró el hambre pero colmo el rencor

  4. Esta tarde he estado recogiendo firmas para que UPyD pueda presentarse a las próximas elecciones. Había gente del 15 M conmemorándolo en una plaza, puro Podemos. Yo, que les tengo bastante manía, les firmaría para que pudieran presentarse; ellos, mucho más sectarios, se han negado, salvo una o dos honrosas excepciones. Eso es Podemos, puro sectariamo

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