Un abogado, con dos cojones, ha presentado una demanda contra el presidente del Real Madrid, en la que pide, en nombre de dos socios, una indemnización de, al parecer, mil euros, por el daño causado como consecuencia de la eliminación del Real Madrid tras una alineación indebida.
El juzgado no puede hacer otra cosa que admitir la demanda a trámite si formalmente está bien presentada, pero, al margen de que espero que condenen a los demandantes al pago de las costas por su temeridad —y de que se puede sancionar a los demandantes y a los profesionales si actúan contra la buena fe procesal—, creo que es interesante recordar que el salario del juez, el del secretario, el de los oficiales y agentes, la luz, el alquiler, los ordenadores, las fotocopiadoras, las mesas y las sillas, el mantenimiento de los ascensores, los armarios, las grapadoras, los folios y todas esas cosillas que hacen falta para que haya una administración de justicia las pagamos entre todos.
Ya sé que hay mucha gente que usa los tribunales para payasadas de todo tipo, pero como estos han decidido dar publicidad a las suyas (con la complicidad de los periódicos), creo que no está de más recordar que nos obligan a pagar su puto circo.
Las cuatro esquinas del mundo 