Como ya anuncié estos días de atrás en tuiter, el martes hay una presentación de Atlas del bien y del mal aquí:

Estáis invitados.
Esta es la última entrada que dedico al libro. Os dije que, al acercarse la presentación, explicaría cómo nació y «de qué va». Pues eso, que os lo explico.
Mi editor, Dante Hermo, se puso hace año y medio en contacto conmigo y me enseñó un mapa. En él se desperdigaban cincuenta o sesenta lugares que se relacionaban con historias que había ido contando en mis blogs. Creía que juntas podían formar un libro que interesase, que había un hilo conductor que las relacionaba. Por problemas de espacio, se tuvieron que reducir a 31. Las historias han sido revisadas y reescritas. Hay dos que son inéditas.
Es exactamente eso. Ni es ni pretende ser un libro académico. Carece de tesis. Todo lo más, de haber una, se reduce a la frase que cierra el libro (y aun así, esa frase exigiría algún paréntesis que no existe por necesidades dramáticas).
Ha sido maravillosamente ilustrado por Alejandra Acosta. Me ha gustado hacer el trabajo de recopilación, de reescritura, de revisión. Lo que me tocaba. El simple hecho de que se edite me hace feliz. Aunque se venda poco. Aunque decepcione. Me basta con jugar; ganar sería la hostia.
Entiéndanlo: no soy, ni pretendo ser, un autor. En todo caso, si han venido leyendo este blog, ya saben de qué hablo.