Denuncia falsa en delitos de violencia doméstica

A raíz de una conversación con Horrach sobre algunas opiniones que había emitido en tuiter acerca de la persecución del falso testimonio en España, recopilé algunos datos que ha utilizado en el artículo que acabo de enlazar. Lógicamente, por razón de espacio y síntesis, ya que se trata de un artículo periodístico, Horrach no ha incluido toda la información, pero ¡yo no tengo ese problema! Así que, como este es un asunto que aparece a menudo en prensa (hace unos días de nuevo con los datos de 2013) puede que a alguien le interese conocer mi opinión. Ahí va la información y alguna reflexión sobre el asunto:

El equivalente al perjurio anglosajón es el falso testimonio, que se regula aquí. El perjurio en el derecho anglosajón siempre ha sido perseguido de manera muy severa. En España, las penas son más leves (salvo en el caso de falso testimonio en causa criminal que lleve a una pena de prisión) y sí hay condenas por falso testimonio, aunque la ley presenta una puerta de salida que no me gusta mucho: permite eludir la condena en prácticamente todos los casos si el que emitió el falso testimonio admite la verdad antes de que se dicte sentencia. En cualquier caso, aquí hay estadísticas de 2012, de las que resultan 327 condenas por la comisión de ese delito. Podemos ir comparándolas con otros delitos, pero el dato indica que no es un delito de los más habituales (o de los más perseguidos). Personalmente, y sin haberlo estudiado a fondo, creo que en España es un delito poco perseguido en comparación con el mundo anglosajón, por ejemplo.

La denuncia falsa y simulación de delito son otros tipos delictivos. En el enlace anterior consta que en 2012 hay más de 2.000 condenados por denuncia y acusación falsas. Aunque ahí no se desglosa por tipo de delito denunciado, por la prensa sabemos que las condenas por denuncia falsa en casos de violencia doméstica son escasísimas: en 2010, tres casos; en 2013 solo hay 22 casos tramitados, 17 aún abiertos y solo 2 condenas. Ahora relacionemos eso con los totales:

1.- En 2012 hubo 128.000 denuncias en materia de violencia doméstica.

2.- De ellas se derivaron 50.000 sentencias, de las que 30.000 fueron condenatorias (aprox.).

3.- En 2011 (no he encontrado el dato de 2012) las denuncias falsas (con condena en sentencia) en materia de violencia doméstica fueron 19. En 2013, como he dicho antes, 2 sentencias condenatorias.

4.- Conforme a los datos del INE, si hay unas 275.000 condenas en 2012 (y dejando de lado que no sé cómo se hacen exactamente esas estadísticas: si cuanta cada delito por separado aunque sea una sola la sentencia, si se suman las condenas que recibe una misma persona, etc.) podemos hacer una extrapolación: aproximadamente un 10% de los delitos que dan lugar a condenas son de violencia doméstica (este dato no lo podemos sacar del INE porque la violencia doméstica se puede producir mediante delitos de diferente tipo: homicidio, lesiones, amenazas, coacciones …). En cualquier caso, las condenas por estos delitos son siempre de las más numerosas, solo superadas por hurtos y robos.

5.- Si alrededor de un 10% de los delitos es de este tipo, y hay 2.422 denuncias falsas condenadas en 2012, resulta extraño que solo 19 de esas condenas lo sean por un delito muy habitual. Lo normal es que las denuncias falsas se dieran en los delitos en los que más condenas hay, ya que son los más habituales. No obstante, esto sería una aproximación muy grosera (que implicaría que, al menos, unas 250 condenas debieran ser por este tipo de delito). En realidad, lo más normal es que la denuncia falsa se produzca en delitos en los que el denunciante tiene algo que ganar. Un ejemplo: yo he llevado ya varios casos de denuncia falsa de robo de teléfonos móviles (la gente denuncia por ejemplo un robo con violencia cuando simplemente ha perdido el aparatejo porque así cobra del seguro). ¿Qué «sector» es el que sería más proclive a este tipo de denuncias? Aquel en el el que se conocen denunciante y denunciado y aquel en el que el denunciante puede obtener algo. Un ejemplo paradigmático es este: denunciante y denunciado tienen o han tenido una relación sentimental. Es fácil que exista odio; es fácil que se gane algo con la denuncia (detrás hay pleitos sobre custodia de hijos, pensiones, uso del domicilio familiar). Lo racional sería que en esta materia hubiese muchas más condenas por delitos de denuncia falsa, ya que este delito se daría más a menudo.

6.- No sé cuál es el dato de denuncias totales (por delito) con independencia del tipo delictivo. Es importante el dato de que lo sean por delito, porque muchas pueden terminar siendo faltas. No obstante, el número de denuncias en asuntos de violencia doméstica es muy elevado (y la regulación actual facilita que la mayor parte de las conductas sean delito -37.000 de 39.000 sentencias en 2013). Es decir, conductas que no son delito si no hay o ha habido una relación sentimental lo son si concurre ese elemento. Esas denuncias (que no dan lugar a condenas) también pueden ser susceptibles de ser castigadas como denuncias falsas. Es cierto que muchas se archivan o sobreseen porque no hay indicios suficientes de delito, pero el que no los haya puede, como es obvio, ser resultado de que la denuncia sea directamente falsa.

7.- Hay una razón que no hay que excluir para que el número de condenas en esta materia sea muy pequeño: la denuncia falsa es también un delito. Hay que probar su comisión. Y al igual que se sobreseen casos de violencia doméstica por falta de pruebas, es complicado probar que eso que no te has creído (la historia de la denunciante) es falso y poder probarlo con las garantías que exige la legislación penal.

8.- Frente a eso (que es cierto), la realidad es que los números son muy chocantes. Algo falla cuando de 128.000 denuncias solo se puede probar la falsedad de 19 -2 en 2013-, pese a existir 2.400 condenas anuales por ese delito de denuncia falsa. Mi interpretación personal es que perseguir la denuncia falsa en los delitos de violencia doméstica tiene muy mala prensa y los jueces y los fiscales lo tienen que ver muy muy claro para proceder (y no digo ya para condenar). Y, aunque esto es solo una anécdota, yo sé personalmente de más casos de denuncia falsa (indiscutibles, normalmente por admisión de la propia interesada) que los que salen en la estadística de toda España para 2012. Los conozco directamente o a través de alguno de mis compañeros (de compañeros de los que me fío). Bastantes de esos casos han terminado en reconciliación de denunciante y denunciado.

9.- En cualquier caso, usar el dato de las 19 condenas como prueba de que no hay prácticamente denuncias falsas en materia de violencia doméstica es simplemente absurdo. Una cosa es el hecho de la denuncia falsa y otro el de la condena. Más aún, los interesados en política criminal deberían extraer de ese dato justo la consecuencia contraria a la que extraen: que se trata de una anomalía extrañísima que ha de tener una causa. Y me deja perplejo que personas muy beligerantes a favor de la actual regulación en la materia se empeñen en esgrimirlo cuando es contrario, en mi opinión, a la más elemental experiencia.

Sin embargo, se usa para lo contrario: para vender una visión políticamente correcta, conforme a la cual, la prueba de la violencia es la simple denuncia, ya que las mujeres, como los cristianos viejos, nunca mienten y nunca denuncian en falso.

Y ahí está la mayoría opinante: creyendo en las haditas.
Haditas

6 comentarios en “Denuncia falsa en delitos de violencia doméstica

  1. Una cosa es que se haga eco sin contrastarlo, de cifras que fabrica la FGE retransmitiendo el gato x liebre q le dieron, y otra muy distinta que pretenda ud darnos el gato por liebre directamente al mostrar los condenados que cumplieron condena DE PRISION en el 2012 informados por el registro de Penados y que el INE refleja en el enalce q aporta, dándolos como si fueran el 100% de condenados ese año por ese delito (condenas de prision + ea otra gran mayoria de condenas sin prision)

  2. Enhorabuena por su artículo. El mismo argumento desde otros puntos de vista. Hace poco el internacionalmente prestigioso antropólogo forense Francisco Etxebarría opinaba «“Algunos creen que el torturado es aquel que además de haber sido torturado ha podido demostrarlo al juez”, a lo que yo añado que algunas se creen que denuncia falsa es solo aquella que ha sido reconocida así por un tribunal». Desde otro punto de vista, ¿cuántas escrituras de compraventa de inmuebles se han escriturado en España por debajo del precio real de la venta?, según el argumento de las pequeñísimas denuncias falsas ninguna, porque todas fueron fiscalizadas por el notario, fedatario público, aunque todos sabemos y las hemos firmado además, que hay a montones, quizá más que las verdaderas. Con las denuncias falsas pasa igual, pero el lobby feminista radical no quiere que se sepa.

  3. Comparto la misma opinion que usted y va a ser uno de los argumentos de mi proximo recurso de amparo frente al sobreseimiento de la causa por falsa denuncia contra mi ex-esposa, la cual ha sido ya procesada pero ha apelado y todos sabemos que la Audiencia de Alicante, presidida por Magro Servet es territorio Feminsta, y va a archivar, apoyado por la Fiscalia, que ya ha dicho que no va a ejercer la acusacion.

    Esa fiscalia que el 8 de julio se pronuncio en un juicio contra mi ex-mujer por haber pegado al niño de 10 años en la cabeza, exculpandola porque «lo hizo para regañarle».

    La misma fiscalia a la que le gane un recurso de amparo por detencion ilegal, y que no solo consintio esa detencion ilegal, sino que permitio que el juez de guardia se quedara en casa, razon por la qie el Tribunal Constitucional le dio un buen rapapolvo.

    El sesgo de genero en fiscalia es escandaloso.

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